Los tipógrafos y calígrafos han
identificado diversas partes en una letra: Trazos ascendentes, arcos, barras, formas
y contrafirmas. remates o serifas.
Estos elementos constituyen lo que
Johnston denominó la forma básica de las letras. Por ejemplo, un alfabeto puede
componerse de letras mayúsculas, que se asientan firmemente en la línea de
escritura y se elevan todas a una altura uniforme; o de letras minúsculas, que
tienen una altura básica para el cuerpo, del cual pueden salir trazos ascendentes y descendentes. Como señala Martín, se agrega a lo anterior
el espacio interno de una letra, el cual influye en la consideración estética
de su forma y proporciones generales. La contribución del espacio interno se
observa cuando comparamos la A
mayúscula, con letras con ángulos internos como la K, la
N y la V,
cuyos ángulos internos debe ser medidos con precisión para dar una forma
abierta y libre.
Edward Johnston el caligrafo inglés renovador de la caligrafía, hacia 1906 identificó 9
variables o factores que conforma la configuración de cualquier alfabeto. Estas son: 1) Las características generales
de la escritura: doble o líneas simples, trazos redondos angulares. 2) Trazos
delgados: horizontal oblicuo. 3) Trazos gruesos: pesados, medianos o ligeros.
4) Cabezas y bases: sólidos, triangulares, cuadrados. 5) Tallos (asta):
pequeños, medianos o largos. 6) espacio
entre letras o palabras: abierto, bastante abierto o ancho. 7) Posición:
líneas iguales, columnas, o líneas desiguales. 8) Medidas o proporción: puntos
de línea, gruesos o delgados según la pluma.
9) componentes. Numero de trazos.
Judy Martin
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