Estimado
Fernando:
Ayer (domingo) me metí de lleno con una versión de
la tinta de nogalina que nunca había hecho: yo quiero que la nogalina quede sin
ningún aditivo extra, ni para el color ni para mejorar la densidad, solo
tinta de nogalina al ciento por ciento. Pero el problema es que ese material
disuelto en agua destilada, luego del reposo recomendado de unas horas, no
basta para obtener una tinta que tenga la elasticidad que confieren otros aditamentos,
en particular el que ofrece la goma arábiga. No quería usar goma arábiga para
hacerla más densa; quería también que me permita escribir un mínimo de cinco
renglones sin necesidad de recargar el plumín... púes entonces ¿qué usar como
medio? Recordé que en el medioevo se usaba miel, que unas cucharadas de miel en
el té para reemplazar el azúcar refinado hacen que el color del té se
acreciente y se oscurece mucho... así que allá fueron varias cucharadas -más
que generosas- de miel al tintero. Quedó una melaza de interesante color sepia
muy subido pero sin llegar al terroso oscuro, porque la miel parece acrecentar
el tono e intensidad de la nogalina tal como lo hace con el té... pero el
problema es que luego de escribir unas cuantas líneas observé que la tinta no
acaba de secar nunca... ¡y quedó toda la página con un pegote imposible de
archivar! De modo que hube de rectificar toda la receta, mezclar con cuanta
cosa tenía a mano para esfumar el efecto pegajoso de la tinta: negro de humo,
tanino, sulfato de hierro, vino tinto agriado, vinagre blanco de alcohol, y la
inefable goma arábiga. Así estoy, ahora en la pelea para recuperar una simple
tinta de nogalina que se ha vuelto una ferrogálica azucarada y de muy buen
aroma...
Pero lo
voy a intentar, una y mil veces, hasta que consiga una tinta pura de nogalina
sola con las propiedades más deseables: untuosidad, buen rendimiento (mi ideal
es escribir no menos de cinco renglones sin recargar en una hoja A4 ), buen
tono, color y carácter, y que sea además inmune al agua. La goma arábiga
produce un aclaramiento indeseable a la nogalina, si bien es cierto que le
confiere dureza y brillo a toda la tinta, hay que reforzar la "dosis"
y sobresaturar la receta. La menor gota de agua puesta por demás en la fórmula
descompensa todo y hay que empezar de nuevo.
Creo que
la próxima receta será una componenda entre la proporción de miel y de goma
arábiga. La nogalina utilizada pura y saturada en un poco de agua tiene un
color increíble, fabuloso. No he vista ninguna tinta sepia en el mercado que se
aproxime siguiera a la belleza del tono que da la nogalina. Hace unos años
compré varias tintas alemanas Rohrer & Klinger, de colores muy vistosos y
bonitos, entre la cuales también todavía tengo un frasco con el sepia: es un
color cadavérico, de tono pálido y sin ningún carácter. Es preferible el sepia
fuerte y denso de Sheaffer, mucho más recomendable y potente. ¡Es preferible
hacer uno mismo ese color con la nogalina!
Es una
lucha sin cuartel hasta que uno descubre cuál es el equilibrio ideal entre
todos los componentes. Déjeme contarle además que, cuando comencé con estas
recetas milenarias, pesaba todos los componentes con rigurosidad y obsesión
científicas; ahora me guío por la intuición, pero no siempre me resulta;
depende de un cierto estado de ánimo, de una predisposición y una voluntad que
no siempre nos acompañan para atacar los problemas. Lo mejor es acotarse al
peso y proporciones que se prescriben en las recetas conocidas. Estoy muy lejos
de ser un Leonardo...
Cuénteme
más sobre su visita a Buenos Aires! Si tiene oportunidad de visitarnos, no deje
de avisarme. La casa que mejor surtido tiene de componentes diversos para
exploraciones de este tipo, probablemente sea Van Rossum: http://www.vanrossum.com.ar/index.aspx
Le
recomiendo visitar ese sitio, creo que puede pedirles lo que guste para que se
lo envíen. No sé de qué procedencia es la nogalina que venden, pero le aseguro
que resulta muy recomendable.
Nunca
probé los óxidos minerales para facturar tintas, hasta ahora. Los tengo de mi
época de ceramista, cuando preparaba una barbotina colorida para aplicar los
engobes. Supongo que podrían utilizarse tan bien como cualquier otro pigmento.
Pero antes de explorar esos caminos, prefiero agotar todos los secretos de las
ferrogálicas, si es que una sola vida me alcanza para tal cosa...
Fernando Romero l. experimentando con tirapen y nogalina. |
No he
leído a Federico Andahazi; quizás lo haga en el futuro, desconocía el libro que
menciona. Ahora estoy con Alexander Theroux, "Los colores primarios",
una obra deliciosa, imperdible y fascinante sobre la significación del azul, el
amarillo y el rojo a través de la historia y de diversas culturas. ¡Se lo
recomiendo!
No lo
entretengo más, no deje de escribirme!
Un abrazo
desde Buenos Aires.
EDGARDO
Se ha puesto muy interesante el blog con las intervenciones del señor Edgardo Maldonado, como bien lo sabrá el maestro Fernando, también soy apasionada de realizar mis propias herramientas, tintas, libros y he experimentado de igual manera con diversos materiales, muchos fracasos hemos pasado, usando, desde carbón, pétalos de colores, achiote… en fin, le deseo muchos éxitos en la receta voy a estar atenta a los resultados. Gracias por compartir esta información un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Yasmir. Si quieres indagar en algun aspecto particular sobre las recetas de tintas o procedimientos de encuadernación te las puedo responder con mucho gusto.
Eliminarque oportuno, tengo un libro en proceso, no pe podido con la tapa del libro, busco un materia firme pero algo rustico, como cuero, pero fácil de manejar, además si es posible y aprovechando el amable ofrecimiento, me vendría muy bien, si es posible, imágenes del paso a paso para la tapa, la encuadernación es un oficio nuevo para mi así estoy improvisando, de antemano gracias, saludos Edgardo.
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