La paleografía, una disciplina con más status que la caligrafía, hoy en día
tiene como objeto de estudio el análisis formal, la indexación, la comparación
de las características graficas y materiales de los documentos escritos, así
como de las maneras de producción de estos, las técnicas y recursos empleados. Esto
incluye, los lugares y aspectos culturales que inciden en la producción de estos
documentos.
El termino de caligrafía como arte de la letra bella proviene del renacimiento
y se mantiene hasta hoy, sin embargo dada la diversidad de aspectos que incluye
hoy, como el diseño, el expresionismo, la historia de los métodos didácticos, las
formas de aprendizaje, podemos definir la caligrafía canónica y la expresiva,
como una actividad que se preocupa no tanto de los aspectos motrices implicados
en la escritura, ni de los semánticos y/o representativos, sino del trazo, su
movimiento y morfología, la expresividad del color, la gramática de la línea,
la morfología de las letras y sus transposiciones, el contraste, el ritmo
implicado en las intersecciones que surgen entre la escritura, el color y la
imagen.
Estos dos campos de actuación se pueden considerar conforman parte de lo
que podríamos denominar una ciencia de la escritura en al cual concurren diversas
disciplinas como la neurología, la historia, la antropología. La paleografía en
tal sentido ofrece a los calígrafos una serie de recursos históricos importantes;
y viceversa, la caligrafía ha ofrecido la paleografía una manera de conocer las
formas de elaboración de los alfabetos a partir de la reproducción de los
trazos y configuraciones de éstos.
Fuente: Marc Drogín
No hay comentarios:
Publicar un comentario