Curso de caligrafía artística y/o experimental. La enseñanza de la itálica con caña.

Luego del aprendizaje de los trazos básicos done el alumno se instruyó sobre el tamaño y el interlineado de éstos, así como sobre el ángulo y manera de coger la herramienta para producir trazos delgados, gruesos, rectos en arco, ondulados, se inicia con la letra itálica.

Interesa aquí, en primer lugar, que el estudiante identifique la configuración de la itálica, es decir, la forma. La configuración de la itálica clásica y por consecuencia las demás letras es ahusada (ovalada), a diferencia de las times roman o las letras script de uso corriente. A partir de la letra a (letra generatriz o esquema básico, se puede  elaborar la g, p, d, h

En segundo lugar, que realice trazos rectos para elabora la h,l,i,j y los combine con las configuraciones de la a. Es importante tanto para la a como la l utilizar las líneas rectas y en diagonal de un cuadrado.

El tercer aspecto de gran importancia: que el estudiante comprenda y sea capaz de manejar las proporciones y el ancho de cada letra. Se inicia tomando dos cuadros del blog cuadriculado para el cuerpo, es decir el alto de una vocal,; para el trazo descendente y ascendente un  cuadro.

Otra manera más clásica es utilizar los untos de pluma, es decir la marca que deja el ancho de la pluma. Sin embargo, se pueden convertir estos puntos a milímetros.

Los estudiantes formados en la letra script, tienen una gran dificultad para elaborar letras ovaladas e inclinadas, aun cuando se les muestra el modelo clásico de itálica,  siguen percibiendo las letras como si fueran redondas. Estos estereotipos perceptuales son algunas de los aspectos que se deben superar en esta primera fase.  

El segundo aspecto a superar, la presión de la herramienta. Algunos estudiantes aún tiene un bajo control de la presión, por lo tanto su trazo es muy grueso o tembloroso o al estudiante le duelen los dedos. El ejercicio constante y la autorregulación que van realizando con las valoraciones que realiza el maestro son un factor decisivo para lograr un trazo fluido. Por ello la caña para empezar es una herramienta muy favorable para estos propósitos.